Bagan es el principal monumento de Myanmar y uno de los más importantes de nuestro planeta. Uno de los sitios arqueológicos más grandes del mundo, cuya visita puede rivalizar con la de Machu Picchu o Angkor Wat, tiene la ventaja sobre ellos que no es un monumento del pasado, sino que sigue vivo y recibiendo el culto de la población local.

Bagan fue la capital del reino de Bagan, que unificó Myanmar por primera vez y gobernó el país desde el siglo X al siglo XIII. Como en otros imperios donde el budismo sirvió como aglutinador de la nación encumbrando a sus gobernantes, los reyes de Bagan fueron presa de una frenética actividad constructora, invirtiendo ingentes cantidades de dinero en la erección de magníficos templos. En un escenario sublime, una llanura verde arropada por la curva del río Irrawaddy, se encuentran cientos de pagodas construidas durante los últimos diez siglos. El énfasis que se pone con frecuencia en el número, o en los globos que se elevan cada mañana para contemplar este monumento en toda su grandeza, con frecuencia oculta el hecho de que muchas de esas pagodas son auténticas obras de arte, construcciones únicas con una arquitectura singular, decoradas con colecciones de magníficas esculturas y pinturas realizadas por los mejores maestros de la época. Algunas de ellas son tan famosas que estarán incluidas en el recorrido de todo viajero, otras las irá descubriendo en su deambular por Bagan. Pues todavía sobreviven en sus 42 km² unas 2.230 de las 4.450 pagodas y templos originales, un legado de la creencia budista de que construir un templo es una forma de ganar mérito.

Templos que motean el verde paisaje, y que el viajero va descubriendo con cada nueva curva en el camino, como mensajes de otro mundo que le empujaran a continuar su exploración. La mayoría están magníficamente conservadas o han sido restaurados, y muchos contienen frescos y tallas y estatuas de Buda, grandes y pequeñas.

Los templos de Bagan se encuentran dentro de la Zona Arqueológica; para la que se necesita una entrada de 25.000 kyats y que es válida para tres días, tiempo suficiente para visitar estos templos.

Alrededor (y rodeadas por los templos) hay tres agrupaciones urbanas: Nyaung-U, con más hoteles y restaurantes, a unos 3 km del Viejo Bagan. El Viejo Bagan sólo cuenta ahora con algunos hoteles de lujo y el Nuevo Bagan, otros tres kilómetros al sur, con numerosos hoteles y restaurantes. Los grupos organizados solo visitan un puñado de templos, y los peregrinos locales, que a veces llegan también en grandes autobuses, otros tantos, por lo que la mayoría de los templos pueden ser explorados con relativa tranquilidad.  Cualquier viajero con un poco de tiempo debe de tener oportunidad de visitar esos templos famosos, y algunos otros tranquilos y poco conocidos. Pues es fácil tomar una bicicleta, una moto o un carro de caballos e internarse por los caminos abiertos entre la maleza, sintiéndose por unas horas un auténtico explorador, descubriendo en solitario templos con maravillosas estatuas o grandiosos murales.

No hay que perderte el mercado de Mani Sithu en Nyaung-U, que está situado junto a la carretera principal, cerca de una rotonda central: un mercado matutino lleno de gente local que compra alimentos frescos y especialidades locales.