Las imágenes y decoración de los monasterios tibetanos están llenos de elementos con un profundo simbolismo religioso. Para entender esa selva de los signos presentamos a continuación los más comunes, destacando los ocho símbolos auspiciosos del Budismo Tibetano. Cada uno representa un aspecto de las enseñanzas budistas. Son usados en tejidos y pinturas y en la decoración exterior de los templos, se les confiere carácter mágico que se multiplica cuando están juntos.

Los Ocho símbolos auspiciosos son:

El parasol, un símbolo de protección y realeza. Su vara funciona como un axis mundi, lo que convierte a la deidad o persona bajo él en el centro del universo.

Los peces dorados. Representan los dos grandes ríos de la India. Simbolizan felicidad, pues tienen completa libertad en el agua, y fertilidad y abundancia por multiplicarse rápidamente.

El vaso del tesoro que nunca se agota, está relacionado con la satisfacción de las necesidades materiales.

El loto, que nace en el barro y acaba siendo una bella flor, simboliza la pureza y la progresión desde el mundo material al estado de iluminación.

La concha, se usa para convocar a las asambleas religiosas por su capacidad de expulsar a los espíritus malignos y prevenir desastres naturales.

El Nudo sin fin simboliza la sabiduría y compasión de Buda, que tampoco tienen fin, así como la armonía entre los opuestos en la naturaleza.

La bandera de victoria simboliza la victoria de las enseñanzas budistas sobre la ignorancia. A veces hay cuatro banderas cilíndricas de bronce situadas en las 4 esquinas del templo simbolizando que las enseñanzas de Buda irradian en las cuatro direcciones

La rueda simboliza las enseñanzas de Buda. Su movimiento, las transformaciones que se suceden con esas enseñanzas. También representa la sucesión de muertes y renacimientos de las que sólo se escapa con las enseñanzas de Buda. Cuando está rodeada de dos ciervos hace alusión al primer sermón de Buda en el Parque de los Ciervos de Benarés.

Otros símbolos que se encuentran con frecuencia son:

Collar de calaveras. Es un ornamento de muchos protectores y deidades furibundas, que toman como ornamentos lo que habitualmente es rechazado.

Cuchillo. Corta a través de los miedos y esperanzas, acaba con los velos de la ignorancia.

Ruedas de Oraciones o Molinillos de Oraciones. En su superficie se han escrito el mantras sagrado, palabras sagradas con fuerza mágica y al girarlos trasmiten el mensaje divino por todas partes, generando mérito al que lo hace.

Vajra o relámpago. Simboliza el impenetrable, inmutable, indivisible e indestructible estado de iluminación del Buda.

Campana, que envía un mensaje a los malos espíritus para que se mantengan alejados.

Phurpa o daga mágica. Conquista a los malos espíritus y acaba con los obstáculos.

Copa de calavera. La llevan muchas deidades iracundas y es usada en rituales tántricos. Las de las personas nacidas y muertas en condiciones extrañas se consideraban muy poderosas. A veces significa el vacío y la inexorabilidad de la muerte.

Banderas de oraciones.

Elaboradas con piezas de telas de cinco colores: rojo, blanco, azul, verde, amarillo que representan las llamas del fuego, las nubes blancas, el cielo azul, el agua verde y la tierra amarilla. Se enganchan a una cuerda que se cuelga de las pagodas budistas, techos de las casas o montículos en los pasos de la montaña para que el viento lleve los mantras sagrados por todo el mundo, lo que proporcionará mérito al que las coloca. Cuando hay un caballo dibujado en ellas combinan la velocidad del caballo en el transporte de sus oraciones.